domingo, 21 de septiembre de 2008
En el tunel ....
Hace tiempo decidí apuntarme a unas jornadas de fotografía que se realizaban en Almería. Después de las presentaciones de rigor, se hicieron grupos y nos asignaron habitaciones. Como forma de romper el hielo una de las personas que me tocó en suerte empezó mostrándonos su equipo fotográfico, y ante nosotros abrió una maravillosa mochila. En esta mochila había dos cuerpos de cámara de última generación Canon (creo recordar que eran Canon 5d) y una pléyade de objetivos, de la serie L. Luego le tocó el turno a mi otro compañero, y más de lo mismo, pero éste en Nikon. Yo calculo que ambos llevarían una media de 1 millón de las antiguas pesetas en material fotográfico. A continuación me tocó el turno, y mi único equipo era una Canon Eos 500N con el objetivo de plástico que acostumbra Canon a poner en sus cámaras de inferior categoría, una cámara de superaficionado con película. Primero hubo una reacción de sorpresa, la segunda reacción fue una mirada despectiva.
Cuando uno está ante esta situación tiende a pensar que la gente que lleva tan buen material es buen fotógrafo, pero al final la realidad se va imponiendo, cuando uno a lo largo de curso va viendo que estas personas ni siquiera conocen que exposición deben poner, siempre están tirando fotos en modos automáticos, y preguntan verdaderas cosas de auténtico principiante. No conocían el abc de la fotografía, pero eso si, contaban con la última megacámara que les hacía parecer ante la gente como buenos fotógrafos.
La foto que os pongo hoy, de nuevo fue hecha con una cámara de ji-ji ja-já (al final le voy a coger el gustillo a este término) y demuestra que se pueden hacer buenas fotos con equipos, digamos humildes. La foto es de un viaje a Marruecos, un viaje que hizo que cambiara mi punto de vista sobre el mundo musulmán...
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