"Nunca he tomado la fotografía que pretendía. Es siempre mejor o peor"
Diane Arbus, fotógrafa.
Si en algún momento alguien te habla de objetivos Leica, tu primer pensamiento será reconocer la indiscutible calidad de esta firma alemana. Objetivos que han proporcionado muchas de las maravillosas fotografías de los clásicos.
Viene este comentario a cuento de que cuando compramos objetivos, nuestra preocupación es conocer que nuestro flamante objetivo no tiene viñeteado y aberraciones, ni cualquier tipo de artefacto óptico.
Estoy convencido de que esta obsesión moderna por la perfección óptica, viene de los medios de comunicación fotográficos, donde es más importante mostrar los últimos avances técnicos que mostrar el arte fotográfico, o lo que es peor, y más temo, que el personal de estos medios no es capaz de hacer crítica fotográfica y acaba rellenando la revistas de las "ultimas novedades" y comentando los aspectos técnicos de los objetivos. Esto tiene como derivada que los fotógrafos exigimos la perfección óptica. Desde luego esto no es gratis, ese esfuerzo que se le pide a las marcas para perfeccionar los objetivos lo acabamos pagando los fotógrafos.
Lo curioso es que al final se acaba dando un viñeteado digital para cerrar la imagen, y para dar ese toque vintage a la fotografía que tanto nos gusta.
Por cierto, los objetivos clásicos de Leica han gozado desde siempre de este viñeteado, y en Leica sabían que no había que hacer nada al respecto, las imágenes salían ya de la cámara con ese toque especial.
La foto que os dejo hoy está tomada en Almería.
